sábado, 19 de septiembre de 2009

El porqué de mis peinados

Recuerdo con nostalgia cuando en algún momento de nuestras vidas sevillanas, cruzamos nuestros destinos en un piso que había sido una antigua casa de putas. Todo sea dicho, estaba decorada por un decorador de burdeles.



Le dimos un uso más o menos similar al que antes tenía, pero cambiando los papeles y ahora nosotros pasamos a ejercer la prostitución.

En ciertas ocasiones sonaba de fondo "con las manos en la masa"