martes, 16 de marzo de 2010

Relatando desde Falcon Crest



Ahí va él con la cara del revés, solo alumbra cuando no hay vida, cabrón con pecas, siempre lo puedes encontrar en el bar “El gatuperio”, gritando y haciendo cosas de las suyas. Creo que todavía tiene sentimientos, de esos que casi nunca se olvidan, alguna vez lo ví llorar. Con las manos llenas de grasa, toca los cuerpos de las putas. Todo es negro, turbio y asqueroso. Ruido y más ruido, me reventarán los tímpanos, ¡carajo!