miércoles, 2 de noviembre de 2011

Huevos morados




Coloreando huevos de colores imposibles y bellos, viviendo por un momento en la ciudad de cristal, mientras mi teléfono suena y preguntan por Paul Auster. Los gin tonics también son de color azul. Creo que la radiación de Fukushima ha llegado a este sur del sur y está empezando a darle nuevos tonos a las cosas. El vaso empieza a estar medio lleno, y yo tan chulo y audaz, me paseo bajo la lluvia olvidando el paraguas en mi casa. Quiero que corra el aire y e inmediatamente iré tras él. Hoy revuelto de setas y chocos fritos. Comamos en el estupendo horario europeo [si es que queda algo de concepto de Europa después de Papandreu] y después revisionemos Nothing Personal, y volvamos a sentir que en el silencio y los pequeños gestos de la fantasía, nos hacen fuertes para no fracasar en la vida.