miércoles, 20 de enero de 2010

Lugares para mear



Cafetería Oly

Mientras iba de viaje en aquel puto vagón de Renfe, oliendo al cabronazo que tenía sentado a mi lado, el muy cerdo estaba sudando como un descosido, y eso no era agua, era más bien el whisky de la noche anterior y por su puta boca no había pasado un cepillo de dientes en varios días, encima se empeñaba en sacarme temas de conversación, así que como si nada, me coloque mis auriculares y los dejé sin sonar, porque realmente no me apetecía escuchar nada, solo intentar pensar en lo que me iba a deparar todo esto. El trayecto no lo había realizado anteriormente, me dirigía a Barcelona, seguramente a que me partiesen la cara, las razones todavía las desconocía, pero algo me decía que el asunto iba a estar jodido. Antes de encontrarme con aquel tipo, tenía pensado en cenar e irme a tomar unas copas, por un pequeño local que recordaba de mi anterior estancia donde servían pastisse y se escuchaba de fondo a Edith Piaff, tenía la estética de los bares de zonas de puerto de hace como un siglo, todo esto propiciaba la conversación y la evasión de la mierda diaria, la luz era escasa, mucho humo, las conversaciones de la gente que ocupaba el local parecían relajadas, lo cual lo hacía un sitio cojonudo para salir de allí jodidamente borracho y feliz, dando vandazos hasta la habitación del hotel.

La última vez que estuve, hará de esto unos 7 meses, fuí a la barra y pedí un whisky con hielo, amablemente pregunté si me podría hacer sonar "Amsterdam" de Brel, la puso enseguida, parecía que a él también le apetecía escucharla con las mismas ansias que yo. Era un tipo cojonudo, las arrugas de la cara y sus largos dedos amarillos por culpa del tabaco, le daban un toque de persona curtida a base de palabras, copas, humo, lágrimas, risas... se me antojaba un buen conversador. Pufff, siempre me pasa igual con el final de esta brillante letra, apuro mi copa y doy una fuerte calada al cigarrillo y pongo mi atención en escuchar esto: "Y cuando ya han bebido bien, levantan la nariz al cielo, se suenan en las estrellas, y mean como yo lloro sobre las mujeres infieles, en el puerto de Amsterdam.

Cuando llegase al hotel esa noche debía preguntar por D.Diver, a saber quien será.