Últimamente mi dieta gastronómica consiste en buscar pequeñas lagartijas como esta, son difíciles de encontrar pero ya me he hecho un experto, es lo que se llamará el instinto de supervivencia. Me gustan incluso más que un filete de presa ibérica. Son como los camarones de tierra, muy sabrosos y blanditos.
Muchas veces me despiertan ternura, pero casi todo lo que te despierta ternura en esta vida es bueno y creo que si te lo comes, el sabor es incluso mejor.
